Dos equipos de investigadores estadounidenses concluyen en que las inestabilidades (u olas) de Kelvin - Helmholtz, son fenómenos más frecuentes por la tracción magnética que ejerce la Tierra sobre partículas solares ...
Dos artículos publicados recientemente han aportado novedades sobre las inestabilidades de Kelvin -Helmholtz y su rol en los límites del espacio más cercano a la Tierra. Tanto el artículo publicado en «Nature Communications» por Shiva Kavosi, de la Universidad de New Hampshire en Durham, como el estudio realizado por Brian Walsh de la Universidad de Boston y Evan Thomas (del Centro de Vuelo Espacial Goddard en Maryland) aparecido en «Journal of Geophysical Research» anticipan un rol y una incidencia mayores de este tipo de ondas de lo que se pensaba hasta el momento, informa la web especializada esciencenews.com.
Con anterioridad a los dos trabajos referidos, los científicos habían registrado ocasionalmente ondas de Kelvin - Helmholtz en estos límites entre nuestra atmósfera y el espacio. Las nuevas investigaciones demuestran que estas son más comunes de lo que se creía.
Shiva Kavosi autora del primero de los estudios ha afirmado que «ya sabíamos de la existencia de las inestabilidades de Kelvin-Helmholtz en los límites del entorno magnético de la Tierra, aunque fueron considerados relativamente raros y que únicamente aparecían bajo condiciones especiales». Para esta investigadora de la Universidad de New Hampshire, tras sus trabajos, «resulta que pueden a aparecer en cualquier condición y son mucho más frecuentes de lo que pensábamos: Están presentes el 20% del tiempo».
Este tipo de olas (o inestabilidades de Kelvin - Helmholtz) se producen como consecuencia de que la Tierra es un imán gigantesco y su influencia magnética se extiende hacia el espacio en una gran burbuja denominada magnetosfera. Lo que se traduce en un flujo constante de partículas del sol, denominado viento solar, que sopla en esta alta capa de la atmósfera. En ciertas situaciones, las particulas y la energía solar pueden romper la magnetosfera, aproximándose más a la superficie de la Tierra. Es este flujo, el origen de los fenómenos meteorológicos del espacio que pueden afectar a nuestros satélites.Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia |