La sonda espacial 'New Horizons' de la NASA, llegará el martes a Plutón, es probable que en muchas décadas no se vuelva a visitar un planeta por primera vez ...
En mayo de 1991, el astronauta soviético Sergei Krikalev partió en un cohete hacia el espacio desde el cosmódromo de Baikonur, en la URSS. Después de 311 días en la estación espacial MIR, en marzo de 1992, el hombre que más tiempo ha pasado fuera de la Tierra regresó al mismo lugar del que había salido, pero su país ya no existía. Krikalev restaba importancia a su experiencia y aseguraba que esa parte de su historia solo interesa a los periodistas.
Alan Stern, director de la misión que el martes llevará a la humanidad a Plutón por primera vez, se tomó con menos flema una vicisitud parecida. En enero de 2006, después de 17 años trabajando para que la NASA enviase una sonda al último planeta del Sistema Solar, vio cumplido su sueño con el lanzamiento de New Horizons. Solo ocho meses después, la Unión Astronómica Internacional (UAI) votó para descender a Plutón a la categoría de planeta enano. “La UAI se puso en evidencia a sí misma”, afirmaba años después en una entrevista. Y añadía: “Cuando muestras imágenes de científicos votando, es horrible. Porque hay mucha gente en nuestra sociedad que piensa que la ciencia es arbitraria y política [...]. Cuando parece que la ciencia se decide con votos, hace que la ciencia parezca arbitraria”.
En cualquier caso, la forma en que se llame a Plutón en los libros de texto o en los medios de comunicación no cambiará nada del mundo helado al que New Horizons lleva casi una década acercándose. La sonda, la más rápida de toda la historia, seguirá siendo la última gran misión de exploración planetaria del Sistema Solar. Desde que la nave espacial Voyager 2 llegó a Neptuno en 1989, no se ha vuelto a ver de cerca un planeta por primera vez y es probable que no vuelva a suceder en muchas décadas. Ver el articulo completo en: ELPAÍS.com / Ciencia |