Los ingenieros analizan ahora el estado del robot, que tras siete meses hibernando por falta de luz solar, vuelve a estar activo tras recibir la señal de respuesta durante 85 segundos y de nuevo hoy ha vuelto a recibir y enviar datos desde la superficie del cometa ...
«Estamos que nos subimos por las paredes de la alegría». Así resumía este domingo Miguel Pérez Ayúcar, ingeniero de operaciones científicas de la misión Rosetta, el estado de ánimo en la Agencia Espacial Europea (ESA) tras recibir, por fin, la señal que confirma que el robot Philae ha despertado y se encuentra activo en la superficie del cometa 67P/Churyumov-Gerasimenko, en el que aterrizó el pasado 12 de noviembre. Al parecer, lleva algún tiempo despierto, pero no disponía de la potencia necesaria para enviar la señal a la sonda Rosetta, que se encuentra orbitando el cometa y es la que sirve de enlace entre el robot y la Tierra.
La señal fue recibida el sábado a las 22.28, hora peninsular española, aunque la ESA esperó al domingo para informar de que el robot había despertado. «De momento, sólo nos hemos comunicado con Philae durante menos de dos minutos [85 segundos], pero ha sido suficiente para saber que está muy bien y que está funcionando perfectamente», explica en conversación telefónica Laurence O'Rourke, coordinador de operaciones científicas de la misión Rosetta. «Su temperatura interior es de -35ºC, 10ºC más de lo que necesita para funcionar».
Siete meses ha durado, pues, la siesta de esta pequeña sonda, que hizo historia al posarse por primera vez en la superficie de un cometa. Sin embargo, un fallo en sus arpones impidió que se quedara anclada en la zona elegida inicialmente, en la que hubiera recibido suficiente energía solar para recargar sus baterías y hacer experimentos durante semanas o incluso, meses. Su imprevisto emplazamiento estaba a la sombra, así que sus baterías se apagaron apenas tres días después.Hasta ahora.
«Estamos contentísimos», añade O'Rourke, que lleva desde marzo intentando contactar con la sonda. Y es que a medida que el cometa se aproxima hacia el Sol, va recibiendo más energía. En cualquier momento se esperaba que pudieran entablar contacto de nuevo. «En este momento, el cometa 67P se encuentra a una distancia de 205 millones de km. del Sol. En agosto, cuando haga su máxima aproximación, estará a 186 millones de km. de distancia», precisa. Ver el articulo completo en: ELMUNDO.es / Ciencia |