El radar de la sonda Cassini detecta islas que, aparentemente, aparecen y desaparecen ...
Las islas misteriosas
Titán es un lugar en movimiento, como pocos en el Sistema Solar. Precisamente mediante el radar de la Cassini se ha podido detectar una extraña estructura en la superficie, en un lugar costero. Cassini ya había observado con anterioridad unas islas cerca de una costa ubicada en el mar de Ligeia, el segundo mar más grande de Titán, pero ahora se las conoce como “islas Mágicas”.
En estas islas se han producido cambios, tal vez se deba a las estaciones en el satélite, que duran mucho más que en la Tierra. Por ejemplo, en el hemisferio norte, el equinoccio de primavera se dio en agosto de 2009 y hasta mayo de 2017 no se dará el solsticio de verano. El cambio ha provocado que se viera una mayor extensión de tierras en estas islas y además las que ya se habían fotografiado con anterioridad, ahora aparecen más brillantes. Jamás se había observado algo similar en otro lugar que no fuera la Tierra.
Jason Hofgartner y su equipo, de la Universidad Cornell de Ithaca en Nueva York, plantea cuatro posibles cuestiones para tal hallazgo: Una de ellas habla de la posibilidad de que grandes burbujas se eleven desde el mar de Legia hasta la superficie. Como la primavera se va acabando en Titán, tal vez algunos tipos de sólido han podido surgir de las profundidades del mar. El mar de Ligeia puede contener sólidos en suspensión, que no se hunden ni flotan, actuando como cieno, como si de un delta terrestre se tratara.
También ha propuesto la posibilidad de que ráfagas de fuertes vientos formen olas en el mar, que serían detectadas como “islas fantasmas” por el radar de la sonda Cassini. En cualquier caso, estamos contemplando un hermoso mundo, muy diferente a la Tierra, es provocativo, al poseer lagos y mares, una atmósfera tan espesa, que combinada con la menor fuerza de gravedad del satélite con respecto a la Tierra, podríamos volar si nos pusiéramos unas alas, un sueño del hombre que comenzó hace más de 100 años, cuando algunos de ellos morían al colocarse alas en los brazos y saltar de grandes alturas.
Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia
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