Un gran cúmulo de estrellas se dirige hacia la Vía Láctea a una velocidad de unos cuatro millones de kilómetros por hora. Ha podido ser disparado desde una galaxia elíptica gigante, en la que unos agujeros negros supermasivos centrales podrían comportarse como una honda colosal.
Reliquias galácticas
M80, uno de los cúmulos en la Vía Láctea. NASA/HST/AURA
Los cúmulos globulares contienen cientos de miles de estrellas viejas empaquetadas en una esfera de unas decenas de años luz de diámetro. Se trata de las primeras agrupaciones de estrellas que se formaron al unísono en una galaxia, estos cúmulos pueden ser considerados como reliquias procedentes del pasado lejano de la galaxia en cuestión. Debido a las interacciones gravitatorias, las estrellas se mueven de manera caótica en tales cúmulos, como abejas en un enjambre. Pero el cúmulo también posee un movimiento global, se mueve como un todo, orbitando en el halo difuso de su galaxia en torno al centro, completando una órbita en un tiempo típico de un millón de años. Ver el articulo completo en: ELMUNDO.es / Astronomía