Mediante observaciones en el infrarrojo se ha hallado una pequeña estrella extremadamente fría que se encuentra a tan solo 7,2 años luz de distancia. Se trata del cuarto sistema estelar según nos alejamos del sistema solar.
El interés de lo cercano
La astronomía moderna está incrementando su interés por las estrellas próximas. Este tema de estudio, relativamente olvidado hace unos años, está recibiendo un nuevo impulso gracias al descubrimiento de los exoplanetas. Y es que, si queremos estudiar los pormenores de los objetos de otros sistemas planetarios, nos interesa fijarnos en los más cercanos al sistema solar pues es en éstos donde las observaciones nos revelan más detalles. Este interés se redobla cuando soñamos con la posibilidad de visitar uno de esos exoplanetas algún día.
Cuando observamos la bóveda celeste tan solo obtenemos una imagen proyectada en 2 dimensiones de la distribución de las estrellas. Medir la distancia que nos separa de esas estrellas ha sido uno de los mayores retos de la historia de la astronomía. Desde los tiempos de Galileo se había predicho que, según la Tierra describe su órbita en torno al Sol, las estrellas cercanas debían observarse describiendo una pequeña elipse en el cielo. Cuanto más cercana sea la estrella mayor es ese movimiento 'paraláctico' ofreciendo así la oportunidad de medir su distancia.
Es como cuando viajamos en un tren y observamos que los árboles más cercanos parecen moverse rápidamente, y desaparecen pronto de nuestra vista; mientras que los árboles lejanos apenas se mueven y permanecen visibles durante mucho tiempo. Aunque la astronomía cuenta hoy con todo un arsenal de métodos que permite la estimación de distancias incluso a galaxias muy remotas, el método de la paralaje sigue siendo el mejor y más preciso para objetos cercanos.
Ver el articulo completo en: ELMUNDO.es / Astronomía
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