La sonda IRIS ha descubierto que la zona entre la superficie y la atmósfera solar es un lugar más violento y complejo de lo que se creía ...
El último observatorio solar de la NASA, IRIS (Interface Region Imaging Spectrograph), lanzado al espacio el pasado 27 de junio, ha obtenido unas imágenes sin precedentes de la región situada entre la superficie y la atmósfera (la corona) del Sol, un área hasta ahora poco conocida. Gracias al trabajo de este telescopio, los científicos han podido comprobar que este zona intermedia es un lugar más violento y complejo de lo que se creía. Sus conclusiones han sido presentadas en el encuentro de la Unión Geofísica Americana, que se celebra estos días en San Francisco.
«La calidad de las imágenes y espectros que estamos recibiendo de IRIS es increíble», afirma Alan Title, investigador principal de la sonda en Lockheed Martin, Palo Alto (California), la compañía que diseñó el artefacto. Por primera vez, IRIS está haciendo posible el estudio de los fenómenos explosivos en esa zona solar con el suficiente detalle como para determinar su papel en el calentamiento de la atmósfera exterior de nuestra estrella. Las observaciones de la misión también abren una nueva ventana en la dinámica de la baja atmósfera solar, que juegan un papel fundamental en la aceleración del viento solar que conduce a eventos eruptivos.
Las imágenes y los espectros de IRIS han proporcionado nuevas imágenes de una región que siempre fue conocida por ser dinámica, pero que se muestra aún más violenta y turbulenta de lo imaginado. «Estamos viendo imágenes ricas y sin precedentes de eventos violentos en los que los gases se aceleran a velocidades muy altas mientras se calientan rápidamente a cientos de miles de grados», explica Bart De Pontieu, también de Lockheed Martin. «Este tipo de observaciones presentan retos importantes para los modelos teóricos actuales». Ver el articulo completo en: ABC.es / Ciencia