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miércoles, 2 de enero de 2013

ASTRONÁUTICA / VIAJES POR EL ESPACIO

LA RADIACIÓN CÓSMICA PRODUCE 'ALZHÉIMER'
Los astronautas podrían empezar a dar sintomas de la enfermedad en un simple viaje a Marte, según un nuevo estudio...



ABC.es / Ciencia 
Como si los viajes espaciales no fueran ya lo suficientemente peligrosos en sí mismos, un nuevo estudio recién publicado en Plos One asegura que la radiación cósmica, la que procede de lejanas estrellas y galaxias podría, durante un simple viaje a Marte, hacer que los astronautas empiecen a mostrar síntomas de Alzheimer.
"La radiación cósmica de la galaxia -asegura Kerry O`Banion, del Centro Médico de la Universidad de Rochester y autor principal del estudio- supone una amenaza significativa para los futuros astronautas. La posibilidad de que la exposición a esta radiación en el espacio pueda incrementar riesgos para la salud como el cáncer es algo ya de sobra conocido. Sin embargo, este estudio muestra por primera vez que exponerse a una cantidad de radiación cósmica equivalente a la que se recibiría durante un viaje a Marte puede producir problemas cognitivos y causar rápidos cambios cerebrales asociados con la enfermedad de Alzheimer".
El espacio está lleno de radiación, eso se sabe desde hace décadas. Pero mientras que estamos aquí, en la Tierra, o muy cerca de ella, el campo magnético del planeta nos protege de forma eficaz contra los efectos nocivos de esta constante lluvia de partículas. Sin embargo, cada vez que un astronauta abandona la órbita terrestre queda expuesto a una lluvia permanente de varias clases de partículas radioactivas.
Si es avisada con tiempo, la tripulación de una nave puede protegerse, por ejemplo, de la radiación asociada a una llamarada solar. Pero hay muchas otras formas de radiación espacial que, a pesar de los intentos llevados a cabo hasta el momento, no puede ser bloqueada con los medios existentes.
Y no se trata de un tipo de radiación que llegue en grandes, súbitas y violentas oleadas, sino de una especie de "marea de fondo" de baja intensidad y que permanece más o menos constante. Por lo tanto,cuanto más tiempo permanezca un astronauta en el espacio profundo, mayor será su exposición y los posibles daños asociados a ella.
Por supuesto, esa es una de las mayores preocupaciones de la NASA a la hora de planear sus futuras misiones espaciales tripuladas, como la que tiene como objetivo un lejano asteroide en el año 2021 o la que, en 2035, llevará los primeros seres humanos a Marte. Incluso con la nueva generación de motores iónicos, un viaje de ida y vuelta al planeta rojo supone no menos de tres años en el espacio.
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