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sábado, 25 de enero de 2025

ASTRONÁUTICA / EL REACTOR NUCLEAR DE LA NASA

Para ganar la carrera espacial: Hará realidad naves más rápidas y con mucha más energía. La Agencia Espacial de Estados Unidos, impulsa varios programas con el objetivo de utilizar la energía atómica para viajar por el espacio exterior...



Junto con los víveres, 
el mayor reto de la exploración espacial es el sistema de propulsión empleado para las grandes travesías en el vacío, como la que plantea la compañía de España PLD Space. Los métodos actualmente disponibles no consiguen alcanzar los estándares necesarios bien por autonomía o por ser demasiado lentos cuando las distancias se miden en miles de millones de kilómetros. Sin embargo, existe una vía todavía poco aplicada, pero en constante evoluciónla energía nuclear.

La compañía General Atomics Electromagnetic Systems acaba de anunciar que ha ejecutado "con éxito varias pruebas significativas de alto impacto en el Centro Marshall de Vuelos Espaciales de la NASA". El objetivo de estos ensayos es, según explican, avanzar en el desarrollo de la tecnología de reactores de propulsión térmica nuclear para "misiones de transporte cislunar rápido y ágil y en el espacio profundo, incluidas las misiones a Marte".

Durante los test, llevados a cabo junto a la NASA, los ingenieros han verificado la capacidad del combustible nuclear empleado en estos sistemas para "cumplir con las especificaciones de alto rendimiento requeridas para soportar las condiciones operativas extremas" que la tecnología espera encontrarse en el espacio.

Las primeras aproximaciones a la propulsión térmica nuclear ocurrieron durante los años 50 del pasado siglo XX. El concepto de reactor de General Atomics "aprovecha los avances en materiales nucleares modernos y métodos de fabricación" apoyados en la experiencia de la compañía en este tipo de sistemas.

El primero de todos en la historia fue el Proyecto Rover, un programa de la Comisión de Energía Atómica y la NASA en los años 60 que crearon un propulsor nuclear para un misil balístico intercontinental. El proyecto fue finalmente cancelado por el altísimo coste financiero que se convirtió en insostenible tras el comienzo de la Guerra de Vietnam a finales de esa década.

En los recientes test, el combustible nuclear se probó con un flujo de hidrógeno caliente a través de las muestras y se sometió a 6 ciclos térmicos que aumentaron rápidamente hasta una temperatura máxima de 2326 grados centígrados. Cada uno de estos ciclos incluyó mantenerse durante 20 minutos en el estado de rendimiento máximo "para demostrar la eficacia de proteger el material combustible de la erosión y degradación por el hidrógeno caliente", aseguran desde GA-EMS.

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