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jueves, 5 de septiembre de 2024

ASTROFÍSICA / RESUELVEN UN MISTERIO EN LA TIERRA

De la aceleración y el calentamiento del viento solar, la misión Solar Orbiter, dirigida por la ESA, y la Solar Parker, de la NASA, se han alienado en dos puntos diferentes de una misma corriente de viento solar y han comparo las mediciones. El resultado es que el viento solar se calienta y acelera a causa de grandes fluctuaciones del campo magnético del Sol...



Dos de las misiones más avanzadas que existen para estudiar el Sol, una europea y otra norteamericana, han unido sus esfuerzos para desentrañar un misterio que lleva décadas atormentando a los científicos: ¿de dónde procede la energía que calienta y acelera el viento solar? Ahora, los datos combinados de la sonda 
Solar Orbiter, construida por la NASA y la ESA y dirigida por la Agencia Espacial Europea, junto a la sonda Solar Parker, de la NASA, acaban de revelar que la energía necesaria para alimentar ese flujo continuo de partículas se genera a partir de grandes fluctuaciones en el campo magnético del Sol. Los resultados de la investigación se acaban de publicar en 'Science'

Como se sabe, el viento solar es una corriente constante de partículas cargadas que emanan de la corona solar (la atmósfera del Sol) y fluye hacia el espacio en todas direcciones, llegando hasta la Tierra, donde la colisión de esas partículas con la atmósfera causa, entre otras cosas, el vistoso fenómeno de las auroras australes y boreales.

La parte más veloz de ese viento, llamada viento solar rápido, se mueve a velocidades que superan los 500 km por segundo, o lo que es lo mismo, 1,8 millones de km/h. Sin embargo, el viento solar no sale a esa velocidad del Sol, sino que lo hace mucho más lentamente, y 'algo' lo va acelerando a medida que avanza. Algo, sí, ¿pero qué?

Al mismo tiempo el viento, que sale del Sol a temperaturas que rondan el millón de grados, se va enfriando a medida que se expande en un volumen cada vez mayor de espacio pero, inexplicablemente, lo hace a un ritmo mucho más lento del esperado. ¿Qué es, pues, lo que proporciona la energía necesaria para acelerarlo y calentarlo?

Los datos combinados de las dos sondas han obtenido, por primera vez, pruebas concluyentes de que la respuesta se encuentra en las oscilaciones a gran escala que sufre el campo magnético del Sol, conocidas como ondas de Alfvén.

Normalmente, en un gas común, como el aire de la Tierra, el único tipo de ondas que pueden expresarse son las sonoras. Pero cuando un gas se calienta a temperaturas extraordinarias, como sucede en la atmósfera del Sol, cambia de estado y se convierte en plasma, que responde a los campos magnéticos. Lo cual permite que se formen ondas, llamadas ondas de Alfvén, en el campo magnético. Estas ondas almacenan energía y pueden transportarla de manera eficiente a través de plasma.

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