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jueves, 25 de abril de 2024

CIENCIA / EL FAMOSO METEORITO DE CUBA DE 1871

Expuesto en el Museo Nacional de Ciencias Naturales desde hace 150 años, resulta ser falso, investigadores descubren que la roca tiene en realidad un origen terrestre: es un resto de fundición, ya fue analizada por la NASA en los años 60 sin que trascendiera el resultado... 



Un grupo internacional de investigadores 
ha confirmado algo que se sospechaba desde principios del siglo XX. El meteorito de Cuba, una pieza expuesta en el Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN-CSIC), desde 1871 no proviene del espacio, sino que tiene un origen mucho más mundano: se trata de un hierro de fundición siderúrgica o metalúrgica, una escoria industrial. Aunque no tenga valor geológico, el ejemplar es interesante porque resulta de una técnica de fabricación de metales que hoy en día no se practica. Se retirará de la exposición permanente, se almacenará y cambiará su nombre por el de 'pseudo-meteorito de Cuba'.

«El meteorito de Cuba se encontró mucho antes de 1871 (en la parte oriental de la isla), pero fue en ese año en el que se depositó en la colección del museo. Se desconocen con exactitud algunos datos como el lugar donde cayó, su composición química, densidad, dureza y peso, que han ido variando con el tiempo. De hecho, se han reportado medidas que, en algunos casos, eran contradictorias. Por ejemplo, se han obtenido distintos valores en cuanto a su peso debido probablemente a las sucesivas extracciones de la pieza que se realizaron para su análisis, entre ellos, un estudio que la NASA realizó en los años 60 de cuyos resultados no se llegó a tener noticia. Esta es la primera vez obtenemos datos utilizando técnicas de análisis modernas», explica Aurelio Nieto, conservador de la colección de Geología del MNCN.

En la investigación, publicada en la 'Revista Mexicana de Ciencias Geológicas', emplearon microscopía electrónica y espectroscopía de rayos X para analizar las propiedades químicas y la textura de la roca, comparándolas con las de otros fragmentos del meteorito depositados en el Museo Nacional de Historia Natural del Smithsonian (USNM, Washington, US); el Field Museum de Historia Natural de Chicago (US) y una roca que se consideraba parte del meteorito original depositada en el Museo Nacional de Historia Natural de La Habana (MNHNCu, Cuba).

«Gracias a estas técnicas y a la colaboración institucional, hemos podido demostrar científicamente que el ejemplar no es una roca extraterrestre ya que, por ejemplo, su composición de níquel es más baja de la esperada en un meteorito de hierro», afirma el conservador del MNCN. «Según compañeros expertos de la Escuela Técnica de Ingenieros Industriales 'se trata de un resto siderúrgico muy interesante, ya que es un producto artificial elaborado con técnicas de ferrería de una tradición hoy abandonada y que sirve para ilustrar la historia de la industrialización'. Este trabajo es un ejemplo de cómo el estudio de las colecciones científicas permite resolver incógnitas y hacer nuevos descubrimientos», concluye.

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