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miércoles, 24 de abril de 2024

ESPACIO / LA NASA LANZA UNA NAVE ESPACIAL A VELA

Una gigantesca tela de 80 m2 para orbitar a 900 km de distancia, se trata de un pequeño 'CubeSat' que servirá de demostrador tecnologico para, en un futuro, poder lanzar plataformas más grandes y capaces...



La 
elección del método de propulsión para una nave espacial continúa siendo uno de los retos más importantes a los que se enfrentan los ingenieros. Un motor de con combustible y comburente a bordo es un sistema grande que resta flexibilidad a la nave o incluso puede suponer un hándicap para el cohete lanzador al restar kilogramos de capacidad útil. Los motores iónicos, por su parte, son muy demandantes de energía eléctrica y más caros de fabricar.

Sin embargo, existe una tercera vía para los viajes extraterrestres: la vela solar. Esta tecnología es la protagonista de la misión de la NASA hace unas horas abandonó la Tierra y ya viaja plácidamente por el espacio. A eso de las 00:33 de la madrugada en España, un cohete Electron de la compañía Rocket Lab iniciaba la parte operativa del programa Advanced Composite Solar Sail System (ACS3 o Sistema de Vela Solar Compuesto Avanzado) que pretende demostrar sus capacidades en el espacio.

La NASA está "desarrollando nuevas estructuras plegables y tecnologías de materiales para este tipo de sistemas de propulsión", según explican desde la Administración Espacial estadounidense. "Destinados a futuras misiones de bajo coste al espacio profundo".

El ACS3 es un pequeño CubeSat que se centrará en la obtención de datos para "el diseño de futuros sistemas de velas solares compuestas [de materiales compuestos] a mayor escala que podría usarse para satélites de alerta temprana del clima espacial", explican en la ficha de la misión. Otras aplicaciones podrán ser el reconocimiento de asteroides cercanos a la Tierra o retransmisiones de comunicaciones para misiones de exploración tripuladas.

"El objetivo principal de la demostración de la tecnología del ACS3 es el despliegue exitoso de la vela solar compuesta en órbita terrestre baja", a unos 1.000 km de la superficie. Una vez el CubeSat llegue al espacio, abrirá sus paneles de energía solar y luego comenzará el despliegue la vela empleando cuatro brazos que componen las diagonales del cuadrilátero que conforma la estructura. Cada uno de ellos alcanzará unos 7 metros de largo en su máxima extensión.

La combinación de ambas innovaciones allanará el camino a futuras misiones para velas solares de hasta 500 metros cuadrados, si consiguen validar los sistemas de esta misión. "Las tecnologías de material compuesto que se encuentran actualmente en desarrollo permitirán velas solares de hasta 2.000 metros cuadrados", aseguran desde la NASA.

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