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lunes, 4 de marzo de 2024

LA TIERRA / ¿EL TRIÁNGULO DE LAS BERMUDAS ESPACIAL?

¿O agujero magnético?, causa estragos en la tecnología: Satélites, Estación Espacial, Cohetes, y Astronautas que lo han experimentado en persona lo describen como un punto de luz...



La historia está plagada de testimonios y teorías sobre el Triángulo de las Bermudas. Un punto maldito en las cartas de navegación. Sin embargo, no es menos cierto a la par que menos conocido que existe su equivalente en el espacio. Una 
misteriosa anomalía que los científicos han intentado resolver. Y no solo causa estragos en la tecnología del espacio, los que los han experimentado en primera persona lo describen como un destello de luz.

El exastronauta de la NASA Terry Virts contaba a los medios su vivencia, cuando despegaron una mañana fría de febrero en la madrugada de 2010. Tenían como misión terminar de construir la Estación Espacial Internacional (EEI) y estaban a una altura de unos 400 kilómetros sobre la superficie de la Tierra. Su quinto día en el espacio había pasado sin contratiempos, Virts se preparaba para dormir y cuando cerró los ojos notó un enorme fogonazo blanco. «Los abrí y pensé, ¿Qué ha sido eso?», relataba. Solo unos días después empezó a notar que le sangraba la cara y tenía la piel inflamada e irritada. El médico le diagnosticó cáncer de piel. Virts había sufrido en tan solo dos semanas los efectos del conocido coloquialmente como 'Triángulo de las Bermudas espacial o agujero magnético. Y los destellos de luz que experimentó eran partículas de radiación.

Esta zona resulta un verdadero dolor de cabeza a la hora de calcular la trayectoria de los satélites o los paseos espaciales. Y algunos científicos piensan que los efectos a largo plazo de este agujero pueden ser más graves de lo imaginado. Dado que sus secuelas no solo se pueden dejar sentir en el espacio. Esta anomalía está creciendo y podría extenderse. De ahí que John Tarduno, geofísico de la Universidad de Rochester que lleva años estudiando este fenómeno, llegó a teorizar que podría provocar en la Tierra la rotura de la capa de ozono. Y los expertos de la BBC señalan que esta anomalía «puede cambiar no solo nuestra forma de vida, sino también nuestra forma de evolucionar».

Este fenómeno se descubrió en 1958 cuando se envió el primer satélite estadounidense al espacio, el Explorer 1, que portaba un contador Geiger. Javier Cubas, profesor de la Escuela Técnica Superior de Ingeniería Aeronáutica y del Espacio, explica a ABC que el Triángulo de las Bermudas espacial es una zona del espacio, en órbitas bajas, donde los satélites tienen mucho más riesgo de fallar y por tanto «desaparecer». Las semejanzas con el Triángulo de las Bermudas serían que un satélite perfectamente operativo y sin ningún problema técnico podría dejar de funcionar repentinamente y sin causa aparente al orbitar sobre esa determinada zona.

Cubas señala que los fallos de los satélites se producen porque en esa región del espacio la radiación es mucho más alta que en otras zonas de la órbita baja (menos de 1.000 km de altura). La mayoría de esas partículas energéticas vienen del Sol y las lanza continuamente contra la Tierra, pero su campo magnético hace de paraguas protegiéndonos de ellas. Ya sea manteniendo a esas partículas bastante lejos de la superficie o atrapando muchas de ellas y formando dos anillos que se conocen como los Cinturones de Van Allen, que son como las líneas que se forman cuando acercamos a un imán a unas limaduras de hierro.

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