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lunes, 23 de junio de 2025

EN 2023 ALGO IMPOSIBLE IMPACTÓ EN EL MEDITERRÁNEO

Y podría resolver uno de los mayores misterios del universo, la partícula, detectada hace más de dos años estaba cargada con una energía extrema. Un misterio que se hizo mayor debido a que el detector IceCube no la detectó...



Una partícula de energía extrema atravesó la Tierra en 2023 dejando tras de sí un destello que ha desconcertado a la comunidad científica. El fenómeno fue registrado por el telescopio submarino KM3NeT, ubicado en las profundidades del mar Mediterráneo, y ha reavivado el debate en torno a la materia oscura, un componente invisible que representa aproximadamente el 85% de la masa total del universo.

La señal, bautizada como muon imposible, destacó por presentar una intensidad sin precedentes: el análisis de los sensores determinó que la partícula responsable portaba una energía de 220 peta-electronvoltios, superando con creces lo generado por el Gran Colisionador de Hadrones. El brillo fue tal que multiplicó por treinta y cinco la luminosidad de cualquier otro evento similar captado hasta la fecha.

Inicialmente, se atribuyó el suceso a un neutrino ultraenergético, pero las dudas surgieron al comprobar que el observatorio IceCube, situado en la Antártida y especialmente diseñado para detectar estas partículas, no había registrado nada similar pese a vigilar la misma zona del cielo. Esa discrepancia llevó a algunos investigadores a plantear una hipótesis más audaz: que la señal proviniera de una partícula de materia oscura que, tras chocar con la corteza terrestre, se transformó brevemente antes de desintegrarse en dos muones casi superpuestos.

Este modelo, que ha sido detallado en un artículo ya disponible en arXiv, explicaría tanto la intensidad como el ángulo del destello. KM3NeT, al estar situado bajo el Mediterráneo, ofrecía un trayecto terrestre más largo y denso que el de IceCube, lo que habría facilitado una interacción con la materia. Según los expertos, esa diferencia en profundidad podría ser la clave para justificar por qué solo uno de los observatorios captó el fenómeno.

Los científicos vinculan el rastro detectado con una zona del espacio donde se localizan varios blázaresgalaxias con agujeros negros que emiten chorros de partículas a velocidades cercanas a la luz. Si uno de esos haces contuviera partículas de materia oscura, habría viajado intacto durante miles de millones de años hasta alcanzar nuestro planeta.

La partícula, al cruzar más de 150 kilómetros de roca, habría colisionado con un núcleo atómico, generando una versión más masiva de sí misma. Esa variante se descompuso de inmediato en dos muones, alineados de forma casi perfecta, lo que habría generado un único y brillante rastro en los sensores de KM3NeT.

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El Confidencial.com / Ciencia