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jueves, 2 de noviembre de 2017

ASTROFÍSICA / NADA ESCAPA DE UN AGUJERO NEGRO

Miden la zona de "aceleración relativista" de un agujero negro ...
Los científicos han medido el tamaño de una "pista de despegue" que en la naturaleza acelera las partículas hasta velocidades relativistas, es decir se acercan a velocidades próximas a la luz ...
Nada escapa de un agujero negro más allá del horizonte de sucesos. La gravedad es tan intensa en el interior, que la luz queda atrapada y el objeto se convierte en un sumidero inexorable del espacio-tiempo. Pero los agujeros negros no se tragan todo, y buena prueba de ello es que a veces es posible captar la radiación de la materia que está en su entorno. Esta suele formar el llamado disco de acreción, un cinturón giratorio de gas cargado y acelerado a altas velocidades. Una fracción de este material es disparado hacia el exterior en dos potentes chorros o «jets» de gas caliente (plasma) a velocidades relativistas, lo que quiere decir que se acercan considerablemente a la velocidad de la luzAl comienzo de este alocado viaje, a veces las partículas adquieren la capacidad de emitir radiación electromagnética visible.

Aún no se comprende completamente cómo se forman estos chorros, y se cree que al lograrlo se podría aprender más sobre la física de los agujeros negros y de la Relatividad, en general. Recientemente, los investigadores han podido medir la longitud de esta «pista de despegue» que existe en los «jets» y que permite a las partículas adquirir la energía necesaria para brillar en luz visible. Los científicos lo han logrado gracias al telescopio espacial NuSTAR, de la NASA, y al telescopio terrestre Wiliam Herschel, del Observatorio del Roque de los Muchachos, en La Palma, y por medio del estudio de dos de estos objetos de la Vía Láctea: V404 Cygni y GX 339-4. Sus resultados han sido publicados recientemente en la revista Nature Astronomy.

En ambos agujeros los astrónomos detectaron un intenso estallido de rayos X que se produjo cuando parte de la materia «cayó» hacia el agujero negro. Apenas una décima de segundo después, captaron la llegada de la luz visible procedente de la misma región. Esto implica que la distancia que viajan las partículas a lo largo de esa pista de despegue es relativamente corta, de solo unos 30.000 kilómetros, apenas tres veces el diámetro de la Tierra. Más allá de esa región, los chorros son muy brillantes, debido posiblemente a la colisión interna de regiones del plasma que se mueven a gran velocidad.

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