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jueves, 20 de abril de 2017

ASTROFÍSICA / EN EL COSMOS ESTÁN POR TODAS PARTES

Se multiplica el número de agujeros negros supermasivos a nuestro alrededor, descubren enormes agujeros negros en el interior de dos galaxias enanas ultracompactas en el Universo ...
Mientras Albert Einstein desarrollaba su teoría de la relatividad, se dio cuenta de que sus ecuaciones contenían algo muy extraño. De hecho, abrían las puertas a la existencia de objetos capaces de detener el tiempo, de poseer gravedad infinita e, incluso, de destruir el mismísimo tejido espacio-temporal del Universo. Por supuesto, Einstein rechazó la idea de que algo así pudiera existir en la realidad. La Naturaleza, creía el físico, tenía por fuerza que haber desarrollado algún tipo de mecanismo capaz de evitar tales aberraciones. Hoy sabemos que tal mecanismo no existe, y que la realidad es, a menudo, más extraña y sorprendente que la ficción. Hemos encontrado esos objetos monstruosos. Se llaman agujeros negros y están por todas partes.
En realidad, cualquier pedazo de materia tiene la capacidad de convertirse en un agujero negro, siempre y cuando seamos capaces de comprimirlo por debajo de su "radio de Schwarzschild", es decir, hasta el punto en que la velocidad de escape desde su superficie sea igual a la velocidad de la luz, lo que significa que ni siquiera el objeto más rápido del Universo podrá volver a escapar de él.
Por ejemplo, si quisiéramos convertir el Sol en un agujero negro, tendríamos primero que reducir su diámetro (casi 1.400.000 km.) al de una ciudad pequeña. Y si pretendiiéramos hacer lo mismo con la Tierra, tendríamos que comprimirla hasta que tuviera el tamaño de una nuez. El radio de Schwarzschild, en efecto, es diferente para cada objeto, y depende de la masa que éste contenga.
Lo cierto es que, a pesar de Einstein, el Universo que nos rodea está lleno de agujeros negros. Los hay de tamaño microscópico, creados durante el Big Bang; o pequeños, de apenas unos pocos km. y generados tras el colapso gravitatorio de una estrella. También los hay de dimensiones planetarias, pero con la masa de mil soles...

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