PAGINAS

sábado, 7 de mayo de 2016

ASTROFÍSICA / NUNCA SE HA OBSERVADO UNO

¿Y si las ondas gravitacionales no procedían de la fusión de dos agujeros negros? Un equipo de investigadores italianos propone que su origen podría estar en un 'gravastar' una densa bola de materia inflada por un núcleo de energía oscura ...
La primera detección de ondas gravitacionales, anunciada a bombo y platillo el pasado mes de febrero, no deja de dar sorpresa tras sorpresa. Ahora, un equipo de físicos de la Universidad italiana La Sapienza, en Roma, sugiere que las sutiles ondulaciones en el tejido espacio temporal captadas por los detectores LIGO podrían no proceder, como se creía, de la fusión de dos agujeros negros, sino de algo incluso más extraño, un gravastar. O lo que es lo mismo, un objeto teórico y nunca observado hasta ahora que sería casi igual de compacto que un agujero negro, vibraría en el espacio casi de la misma forma pero no tendría, como los agujeros negros, un horizonte de sucesos. El trabajo se acaba de publicar en Physical Review Letters.
Con esta investigación, los científicos italianos no tratan de restar validez a la primera detección de ondas gravitacionales. De hecho, no discuten el trabajo llevado a cabo por los investigadores de LIGO, ni tampoco el hecho de que hayan logrado detectar, por primera vez, las tenues ondulaciones en el espacio tiempo cuya existencia fue predicha por Einstein hace ya un siglo.
«No tratamos de decir que LIGO se equivocó», asegura Paolo Pani, que ha dirigido la investigación. Lo que si discuten Pani y su equipo es que la señal captada por los detectores fuera producida por la fusión de dos agujeros negros. Para llegar a esta sorprendente conclusión, los científicos analizaron al detalle cómo era la señal captada por LIGO. Una señal que se divide en tres fases bien diferenciadas.
La primera parte de la señal indica que dos objetos que se orbitan mutuamente se van acercando el uno al otro, cambiando al hacerlo la frecuencia de sus ondas gravitacionales. La segunda parte tiene su origen durante la fusión en sí, momento en que se producen en la señal picos en intensidad y frecuencia. Y finalmente, una tercera fase posterior a la fusión muestra un rápido descenso de la señal, a medida que el agujero negro resultante se va normalizando y la «ola» de ondas gravitacionales se desvanece.

Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia