PAGINAS

miércoles, 14 de octubre de 2015

TIERRA / METEORITO DEL CRÁTER BARRINGER

A más de tres mil grados en diez billonésimas de segundo ...
Científicos de Stanfort recrean las condiciones exactas que se produjeron tras la formación de este lugar, en Arizona. Es un buen ejemplo de lo que un meteorito puede hacer en la Tierra ...
El cráter Barringer, en Arizona, constituye uno de los mejores ejemplos de lo que un meteorito puede hacer al impactar contra la Tierra. El cráter tiene más de un kilómetro de ancho y 170 metros de profundidad, y se ha calculado que la masa del impacto debió de rondar las 300.000 toneladas. El objeto cayó hace 50.000 años y la fuerza del impacto fue equivalente a una explosión nuclear de diez megatones.
Comprender por completo las fuerzas desencadenadas por un evento semejante es realmente difícil, pero un equipo de investigadores de Stanford ha conseguido recrear las condiciones exactas que se produjeron durante las primeras milmillonésimas de segundo tras la colisión. Y revelar los efectos que esas condiciones tuvieron sobre las rocas que quedaron bajo el meteorito.
Los resultados son realmente impresionantes e indican que las rocas de arenisca de la zona fueron llevadas, en un instante, más allá de sus límites físicos y transformadas, en las primeras milmillonésimas de segundo, en algo muy diferente a lo que siempre habían sido.
En un estudio recién publicado en Nature Communications, los científicos de Stanford recrearon con gran exactitud en sus ordenadores cómo las ondas de choque de la colisión se propagaron a través del terreno. Para ello utilizaron un modelo de medio millón de átomos de sílice. Bajo la enorme presión del asteroide, que llegó al suelo a una velocidad de varias decenas de km. por segundo, los cristales de cuarzo de sílice contenidos en en la rocas de arenisca tuvieron que soportar presiones de cientos de miles de atmósferas, y temperaturas de varios miles de grados centígrados. Un infierno instantáneo que cambió su naturaleza para siempre.

Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia