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jueves, 23 de julio de 2015

ASTRONOMÍA / EN LO ALTO, POR ENCIMA DE LAS NUBES

El matrimonio 'Piazzi Smyth' desembarco en las Islas Canarias en España a mediados del siglo XIX, para comprobar si las islas cumplían las condiciones de Newton como observatorio astronómico, un sitio de aire sereno y tranquilo que minimice los temblores de la atmósfera ...
Cuando Charles Piazzi Smyth Jessie Duncan desembarcaron en Tenerife en 1856, Santa Cruz ya no era la aldea macondiana de algo más de veinte casas de blancura cegadora construidas a la orilla de una playa estrecha y arenosa que había encontrado Humboldt 57 años antes. Recién casados, con 37 y 43 años, astrónomo y geóloga finalmente empataban su apasionada forma de vivir la ciencia y la vida, en una sincronía que ya no perderán nunca. La aventura de los Piazzi Smyth era corroborar las ideas de Newton sobre las características que debe tener un sitio para la observación astronómica. Un sitio de aire sereno y tranquilo que minimice los temblores que la atmósfera induce en los rayos luminosos que la atraviesan, según las palabras del propio genio inglés. Un sitio, probablemente, en la cima de las montañas más altas, por encima de las nubes.
Y eligieron Guajara. La ruina más elevada del antiguo y formidable volcán Cañadas, que coronaba Tenerife hace un millón de años. Tras una larga jornada, la expedición de más de veinte mulas y caballos alcanzó la cima con las últimas luces del 14 de julio. El tiempo justo para los muleros descargar y emprender el descenso, quedando los Piazzi Smyth junto con dos marineros, dos guías locales y el sobrino del vicecónsul, que hacía de intérprete. Dos horas después, tras haber instalado las tiendas, con una taza de té caliente en las manos, los casi 9.000 pies de Guajara mostraron la Luna brillando intensamente sobre un cielo lleno de estrellas. Júpiter ascendía, poco a poco, como un lucero tan luminoso que daba a entender que todo marchaba en la buena dirección.Lástima el telescopio de 7,5 pulgadas. Demasiado pesado para las mulas, se tuvo que quedar en el Puerto de la Orotava (hoy Puerto de la Cruz), y la expedición debió conformarse con el más ligero telescopio de Sheepshanks, de sólo 3,6. No debe extrañar la ausencia de unidades métricas en este texto. 

El matrimonio Piazzi Smyth derivará posteriormente sus estudios hacia la egiptología, donde sus precisas mediciones en la pirámide de Guiza les llevaron a encontrar asombrosas proporciones que habían de interpretar como obra de Dios. Basándose en la pulgada piramidal o divina, Charles se convirtió en uno de los principales detractores de la introducción del sistema métrico en Gran Bretaña. Sus ideas sobre el antiguo Egipto las defendió con la misma pasión con la que se había desempeñado como astrónomo, llevándolas por encima, incluso, de su prestigio profesional.

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