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viernes, 2 de enero de 2015

ASTROFÍSICA / LA PREVISIÓN DEL TIEMPO CÓSMICO

Se pone en marcha el 'Servicio Nacional de Meteorología Espacial' para vigilar la actividad solar que nos pueda afectar ... 
Nuestra estrella puede alterar los sistemas de comunicaciones y de suministro de energía ... 
La vida en la Tierra no sería posible sin el Sol, pero nuestro planeta también es vulnerable a la actividad del astro rey, donde periódicamente se producen episodios explosivos y violentos que originan fenómenos como fulguraciones o emisiones de masa coronal, en los que se liberan grandes cantidades de energía y partículas que viajan por el espacio. Cuando se dirigen a la Tierra, pueden afectar a nuestro entorno y causar tormentas geomagnéticas capaces de alterar el funcionamiento de los satélites y de los sistemas de suministro de energía.
Por ello, desde hace años hay sondas espaciales dedicadas a vigilar su actividad. España ha inaugurado recientemente su primer Servicio Nacional de Meteorología Espacial (www.senmes.es), que ofrece partes centrados en nuestro país a partir de la información recabada por las sondas espaciales y observatorios terrestres que monitorizan el comportamiento de nuestra estrella.
«La meteorología espacial pretende predecir qué va a suceder en la Tierra debido a la actividad solar. Aunque también hay influencia de los rayos cósmicos, fundamentalmente el que puede alterar el entorno terrestre es el Sol», resume Consuelo Cid, la astrofísica de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid) que ha liderado la puesta en marcha de este servicio, en el que participan investigadores de su centro y de la Universidad Complutense de Madrid. El objetivo de SENMES, financiado por el Ministerio de Economía, es dar alertas tempranas para intentar proteger las infraestructuras vulnerables y minimizar los daños.
Afortunadamente, en el pasado no se han documentado muchos episodios con daños graves para las infraestructuras debido la actividad solar o que hayan sido atribuidos a ésta, pero sí los suficientes como para temer sus consecuencias en el futuro, sobre todo, teniendo en cuenta lo dependientes que somos ahora de la tecnología debido a la gran cantidad de servicios vinculados a los satélites, como los sistemas de navegación o telecomunicaciones. 
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