Conociendo el planeta en la zona "Ricitos de Oro"
29 de marzo de 2012: La nave espacial Kepler, de la NASA, está descubriendo una verdadera avalancha de mundos alienígenas. Los recientes hallazgos incluyen planetas con dos soles, otros masivos, de tamaño "super Tierra", y también "Júpiter calientes", además de un sistema solar en miniatura. La variedad de planetas que giran alrededor de soles distantes es tan maravillosa como sorprendente.
A medida que la cantidad de planetas asciende, parece ser solo una cuestión de tiempo hasta que Kepler encuentre lo que los astrónomos realmente están buscando: un planeta similar a la Tierra que orbite a su estrella en la zona "Ricitos de Oro" (es decir, exactamente a la distancia correcta para que pueda existir agua líquida y vida).
A medida que la cantidad de planetas asciende, parece ser solo una cuestión de tiempo hasta que Kepler encuentre lo que los astrónomos realmente están buscando: un planeta similar a la Tierra que orbite a su estrella en la zona "Ricitos de Oro" (es decir, exactamente a la distancia correcta para que pueda existir agua líquida y vida).
"Creo que Kepler descubrirá un 'planeta en la zona Ricitos de Oro' dentro de los próximos dos años", dice Shawn Domagal-Goldman, quien lleva a cabo investigaciones en las oficinas centrales de la NASA, y que se especializa en biología exoplanetaria. "Podremos apuntar a una estrella específica en el cielo nocturno y decir: '¡Allí está; un planeta que podría albergar vida!'"
Kepler ya ha localizado algunos planetas del tamaño de la Tierra, pero están peligrosamente cerca de sus estrellas madre. Estos recientes hallazgos han intensificado la sensación de que un gran descubrimiento espera justo a la vuelta de la esquina.
Pero hallar un planeta en la zona "Ricitos de Oro" es apenas el primer paso. Conocerlo es mucho más difícil.
El problema es que, en el esquema cósmico de las cosas, los planetas del tamaño de la Tierra son relativamente pequeños y los que Kepler está descubriendo se encuentran ubicados asombrosamente lejos. La mayoría de ellos están localizados a cientos, o incluso a miles, de años luz de la Tierra. Casi completamente escondidos por el brillo de sus estrellas madre, estos distantes puntitos son muy difíciles de estudiar.
Por suerte, la NASA tiene un plan.
"La luz reflejada de un exoplaneta cuenta su historia", explica el científico encargado del programa Kepler, Doug Hudgins, también en las oficinas centrales de la NASA. "Para llegar a esa historia y aprender sobre la atmósfera y la composición del planeta, podemos usar una técnica denominada espectroscopia de tránsito".
La idea básica es simple: Cuando un planeta refleja la luz de su estrella madre, la atmósfera del planeta deja una sutil marca sobre el reflejo (una especie de "huella dactilar" espectral que los astrónomos pueden estudiar con el fin de conocer de qué está hecha la atmósfera del planeta). Articulo completo en: Ciencia@NASA.gov