¡Que escupen piedras!. El estudio de un meteorito caído en 2019 consigue explicar el extraño fenómeno geológico observado en el asteroide 'Bennu'...
En el año 2019, la sonda espacial OSIRIS-REX, de la NASA, envió imágenes de un fenómeno geológico que nadie había visto antes: piedras que salían volando de la superficie del asteroide Bennu. El asteroide, en efecto, parecía estar 'disparando' enjambres de pequeños guijarros, del tamaño de canicas. Los científicos nunca habían visto un comportamiento similar en un asteroide, y siguen sin saber muy bien por qué sucede. Pero ahora, en un artículo recién publicado en 'Nature Astronomy', dos investigadores muestran, por primera vez, evidencia del mismo fenómeno en un meteorito caído a la tierra hace tres años. «Resulta fascinante -afirma Philipp Heck, curador de meteoritos en el Field Museum de Chicago y autor principal del estudio- ver algo que acaba de descubrir una misión espacial en un asteroide a millones de kilómetros de la Tierra, y encontrar un registro del mismo proceso geológico en la colección de meteoritos del museo«. Los meteoritos son rocas que caen a la Tierra desde el espacio exterior; pueden estar hechos de fragmentos de antiguas lunas y planetas, pero la mayoría de las veces son trozos desprendidos de asteroides más grandes. Uno de ellos es el meteorito de Aguas Zarcas, que lleva el nombre de la localidad costarricense donde cayó en 2019. Después llegó al Field Museum como una donación, y mientras preparaban el meteorito para estudiarlo, Heck y su estudiante, Xin Yang, notaron en él algo muy extraño. «Estábamos tratando de aislar minerales muy pequeños del meteorito, congelándolos primero con nitrógeno líquido y descongelándolos después con agua tibia para descomponerlos -recuerda Yang, primer firmante del artículo-. Eso funciona para la mayoría de los meteoritos, pero con este pasó algo raro: encontramos algunos fragmentos compactos que no se rompían». Según Heck, no resulta demasiado extraño encontrar fragmentos de meteoritos que no se desintegran, pero cuando sucede los científicos generalmente se encogen de hombros y recurren al mortero para machacarlos a mano. «Pero Xin tiene una mente muy abierta -dice Heck, y no quiso convertir esos guijarros en arena porque le parecieron interesantes». Así que los investigadores idearon un plan para descubrir qué eran esos guijarros y por qué eran tan resistentes a romperse. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |