En cuyo interior hay otra galaxia, una imagen captada por el Hubble muestra unas galaxias anulares, con un diámetro de 100.000 años luz a 600 millones de años, son objetos muy poco frecuentes.
En 1950 el astrónomo Arthur Hoag hizo una hallazgo bien raro mientras hacía su doctorado en la Universidad de Harvard. Como si se tratara de un broma cósmica, descubrió lo que parecía ser una galaxia perfectamente esférica dentro de otra galaxia perfectamente anular. Esta misteriosa pareja, bautizada como Objeto de Hoag, se localiza en la constelación de la Serpiente, tiene un diámetro de 100.000 años luz y está a una distancia de 600 millones de años. Lo más interesante es que es una de las galaxias anulares más extrañas. Fundamentalmente porque es perfectamente simétrica, no se conoce su origen y porque en su interior, en la zona oscura y vacía, puede verse otra galaxia anular (en la imagen sobre estas líneas, arriba, ligeramente a la derecha). Hay galaxias de muchas formas y tamaños, desde las complejas e inmensas espirales, como la Vía Láctea, a esferas de antiguas estrellas rojas y amarillas, pasando por nubes irregulares de gas, polvo y estrellas jóvenes. También hay galaxias elípticas, de forma elipsoidal, escasas en gas y en las que predominan estrellas amarillas y rojas, y también hay galaxias espirales barradas, con brazos surcando el cosmos. Además de estas, hay galaxias anulares. Son objetos muy infrecuentes, que apenas constituyen el 0,1% de todas las galaxias. Los astrónomos creen que son fruto de un choque en el que una galaxia pasó demasiado cerca de otra galaxia y que quedó desecha. O bien que aparecen cuando una galaxia pequeña atraviesa como una bala el centro de otra galaxia mayor. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |