Una nueva técnica de detección permite, por primera vez, encontrar un agujero negro de baja masa, una categoría desconocida hasta ahora por los astrónomos y por los astrofísicos.
Un equipo internacional de investigadores acaba de anunciar en la revista «Science» que toda una nueva categoría de agujeros negros podría haber pasado inadvertida hasta ahora para los astrónomos. El estudio, liderado por Todd Thompson, profesor de Astronomía de la Universidad Estatal de Ohio, ofrece una forma totalmente nueva de buscar agujeros negros, y muestra que es muy posible que «ahí fuera», exista una clase aún desconocida de ellos, más pequeños que los menores conocidos hasta el momento. En palabras del propio Thompson: «Estamos mostrando una pista que indica que hay otra población ahí fuera que aún está por investigar en nuestra búsqueda de agujeros negros». Según el astrónomo, lo que sabemos hasta ahora sería como fiarnos del censo de una ciudad en la que solo se hubieran tenido en cuenta los habitantes de más de 1,70 metros, y en la que nadie, además, supiera siquiera que es posible que haya personas más bajas. Desde luego, los datos de ese censo no representarían a la población real de la ciudad, y para Thompson eso es exactamente lo que está sucediendo con la búsqueda de agujeros negros. Durante mucho tiempo, los astrónomos han buscado agujeros negros con una fuerza de gravedad tan fuerte que nada, ni materia ni radiación, puede escapar de sus garras una vez cruzado el horizonte de sucesos, la línea imaginaria a partir de la que el regreso es imposible. Normalmente, los agujeros negros se forman cuando estrellas con una masa elevada mueren, se contraen y explotan. Si por el contrario la estrella original es más pequeña y no tiene la masa crítica, al morir puede formar otro objeto de gran interés, una estrella de neutrones, una «pieza» que también resulta muy codiciada por los investigadores. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |