El concilio de Nicea decidió en el año 325 que el domingo de Pascua, que determina la festividad, cae el primer domingo después de la Luna llena tras el equinoccio de Primavera ...
Quizás se haya fijado que siempre que se celebra Semana Santa hay Luna llena. La coincidencia no es casual, sino que se remonta a una decisión tomada por el Concilio de Nicea en el año 325. En aquella gran asamblea de obispos, crucial para la cristiandad, se estableció la naturaleza de Dios y su hijo, la primera doctrina cristiana y se promulgó el primer derecho canónico. Además de todo esto, en el Concilio de Nicea se estableció la fecha de Pascua. Esta marca la fiesta central del cristianismo en la que se conmemora la resurrección de Jesucristo al tercer día de haber sido crucificado, y que se prolonga durante ocho días. Pues bien, el domingo de Pascua marca esta festividad y es, según este concilio, el siguiente domingo tras la primera Luna llena que llega tras el equinoccio de primavera. Por tanto, los movimientos de la Luna determinan que el domingo de Pascua pueda ocurrir entre los días días 22 de marzo y el 25 de abril, de ahí a que cada año la Semana Santa caiga en una fecha distinta. Además hay ciertas imprecisiones. Los cálculos del siglo IV consideran que el equinoccio de primavera ocurre el 21 de marzo, aunque sabemos que pude ocurrir entre los días 19 y 21. También se basa en el ciclo metónico, un conocimiento griego que averiguó que las fases lunares se repiten cada 19 años, pero en el que existe cierto nivel de error. Leer el articulo completo, clic! en el enlace: ABC.es / Ciencia |