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martes, 20 de noviembre de 2018

ASTRONOMÍA / ¡ESTAMOS DE SUERTE!

La mayor explosión de nuestra galaxia, no destruirá la Tierra ...
La primera fuente de rayos gamma detectada en la Vía Láctea estallará en un lapso de 100.000 años, situada a "solo" 8.000 años luz de nuestro planeta, barrería la atmósfera si nos diera de lleno.
Un equipo internacional de astrónomos ha encontrado un sistema estelar sin precedentes en nuestra propia galaxia. Los científicos creen que una de sus estrellas, «tan solo» a unos 8.000 años luz de la Tierra, es la primera en la Vía Láctea que puede producir una peligrosa explosión de rayos gamma, uno los eventos más energéticos y peligrosos del Universo.

Cuando explote como supernova masiva y muera. Y eso sucederá «pronto» en términos astronómicos, desde hoy mismo a dentro de 100.000 años. Por fortuna, 
el bombazo no apunta a la Tierra. Si lo hiciera,una ráfaga tan poderosa a esa proximidad podría barrer la atmósfera y dejarnos indefensos ante los rayos ultravioletas del Sol.


«No esperábamos encontrar un sistema como este en nuestro propio vecindario», reconoce 
Joe Callingham, del Instituto Holandés de Radioastronomía y autor principal del estudio, publicado este lunes en la revista «Nature Astronomy». Sin embargo, el Very Large Telescope del Observatorio Europeo Austral (ESO) lo capturó en la constelación de Norma en el hemisferio sur, justo debajo de la cola de Escorpio.


Apodado 
Apep (Apofis) en honor al dios egipcio del caos, que se representa en forma de una gigantesca y poderosa serpiente, este sistema en espiral de singular belleza guarda en su corazón un par de estrellas calientes y luminosas, además de una tercera compañera solitaria unidas por la gravedad. Conocidas por los astrónomos como Wolf-Rayets, la pareja de gigantes cósmicos se órbita entre sí cada cien años aproximadamente.

Esta danza orbital dura apenas unos cientos de miles de años, un abrir y cerrar de ojos en términos cosmológicos. Mientras ocurre, las estrellas lanzan enormes cantidades de material en forma de viento estelar que fluye a la asombrosa velocidad de 12 millones de kilómetros por hora, 100.000 veces más rápido que un huracán en la Tierra. Estos vientos estelares en colisión han creado los preciosos penachos que rodean al sistema estelar triple.

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